¿QUÉ ES EL CÁNCER DE MAMA?
El cáncer de mama es uno de los cánceres más frecuentes en la población femenina y su impacto en la mujer es devastador. Conlleva efectos tanto en lo físico; lo psicológico -producto del temor a su reaparición y a su impacto emocional-, así como en el campo social referido a lo laboral e interpersonal. Este es un tumor maligno que se origina en el tejido de la glándula mamaria.
Representa la primera causa de muerte por tumores en mujeres, siendo las tasas más elevadas entre los 50 y 80 años. Sin embargo, una detección temprana es fundamental, ya que cuanto más pequeño sea el tumor más altas son las probabilidades de curación y menos invasivo es el tratamiento.
¿CÓMO ME HAGO EL DIAGNÓSTICO?
El examen físico realizado por un profesional y la mamografía son las dos técnicas necesarias para su evaluación. El examen clínico lo realiza el médico que observa y palpa las mamas en busca de nódulos u otras alteraciones. La aparición de nódulos es algo frecuente, pero no implica por ello que sea un cáncer, para poder distinguirlo, la consulta es indispensable. Se aconseja realizarse mamografías de forma periódica, a partir de los 40 años, existan o no factores de riesgo. Obtener un diagnóstico de cáncer de mama de manera precoz, mejora la supervivencia y consecuentemente la calidad de vida.
¨La mamografía permite diagnosticar tempranamente esta enfermedad y ofrecer mejores oportunidades de cura.¨
Una vez que se realizó la mamografía, si ésta es sospechosa, el paso siguiente es la biopsia. La misma consiste en la extracción de células y tejidos para que un patólogo pueda observar y verificar si existen signos de cáncer.
Al impacto que la palabra “cáncer” de por sí tiene, se suman miedos y angustias no siempre fáciles de manejar.
Luego del diagnóstico, aparece la angustia respecto al tratamiento y otro fantasma como es la “quimioterapia” y sus efectos secundarios. La necesidad de tener que enfrentarse con la posibilidad de la muerte y los cambios en la imagen corporal, hacen necesario el apoyo psicológico.
El estrés, la ansiedad y la depresión son problemas comunes durante el transcurso del tratamiento de un cáncer de mama. Los problemas para dormir son también frecuentes, así como suelen verse afectadas las relaciones interpersonales, en particular, la relación de pareja.
¨Más del 75% de las mujeres con cáncer de mama no tienen ningún antecedente familiar.¨
¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO?
El tratamiento al que se somete cada mujer es diferente. La biología y el comportamiento del cáncer de mama influyen en el plan de tratamiento por el cual opta el profesional. Es fundamental comprender el proceso al cual se va a estar sometida, dado que esto disminuye los montos de ansiedad y predispone mejor al paciente.
Las principales formas de tratamiento conocidas son: la radioterapia, la quimioterapia, los tratamientos hormonales y la cirugía conservadora o la mastectomía de acuerdo a cada caso individual. Esta última, es la que conlleva más impacto tanto a nivel físico como psicosocial. El cambio drástico sobre la imagen corporal puede venir acompañado de aislamiento y suele tener alto impacto sobre la vida sexual de la mujer.
El pronóstico a largo plazo para las pacientes con cáncer de mama ha mejorado significativamente en las últimas décadas, en particular para las diagnosticadas de forma precoz.
¿QUÉ IMPACTO PSICOLÓGICO TIENE EL CÁNCER DE MÁMA?
Recibir un diagnóstico de cáncer de mama puede ser uno de los eventos más angustiantes que puedan experimentar las mujeres. Tanto en el proceso diagnóstico como durante su tratamiento, se suele experimentar síntomas de ansiedad y depresión, temor a una futura recaída y una gran conmoción producto de los cambios en la imagen corporal. Los cambios físicos, emocionales y de estilo de vida vinculados con el cáncer y los efectos secundarios de los tratamientos dejan una huella muy fuerte en la vida de los pacientes.
La recuperación emocional lleva más tiempo que la recuperación física y es a veces menos previsible. El trabajo sobre la imagen corporal y la sexualidad es primordial para estas personas. Ya sea por cambios físicos transitorios o perdurables, la percepción de la imagen corporal se ve afectada. La presión social para volver a la normalidad es intensa, pero se necesita tiempo para crear una nueva imagen de sí mismas que incorpore la experiencia vivida y sus cambios corporales. Ese impacto no siempre se produce frente a una mastectomía, sino también ocurre cuando se hace una cirugía conservadora que no extirpa la mama. Muchas veces es producto de una suma de factores entre los que está la conciencia de vulnerabilidad que el diagnóstico de cáncer produce (y esto es igual frente a cualquier cáncer), frente a la sensación de que “nuestro cuerpo no nos pertenece”.
El apoyo psicológico es fundamental para preservar la salud mental y elaborar el impacto sobre su propia vida. También ha demostrado efectos positivos poder empatizar con otras personas que hayan transitado por lo mismo. Es primordial abordar el estado emocional de la mujer dado que influye directamente en el proceso de afrontamiento y recuperación.
Para muchas mujeres, esta crisis que amenaza la vida finalmente puede resultar en una oportunidad para el crecimiento personal que mejore y transforme la vida. Cabe destacar, que estos procesos también generan emociones intensas en la red de apoyo que conforman quienes acompañan a los pacientes durante su recorrido. Es así, que el conjunto de los familiares y en especial la persona más cercana al paciente también requerirá contención psicológica.
La calidad de vida, siempre es definida en forma individual, es diferente para cada persona. Transitar la enfermedad, tratando de preservarla, es un desafío tanto para el equipo de salud como para las pacientes.
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