En el mundo de la psicología, el nombre de María Alexandra Morales no solo destaca por su conocimiento, sino por la calidez y pasión que transmite en su trabajo. Como psicóloga clínica conductual, ha dedicado su vida a ayudar a las personas a entender y gestionar sus emociones, acompañándolas en sus momentos más vulnerables. En esta charla para Esquina Mujer, descubrimos su visión cercana y única sobre cómo enfrenta los desafíos emocionales que muchas personas viven hoy en día. Una mujer de energía contagiosa
María Alexandra Morales no solo es una profesional a la altura de su carrera, sino también una mujer cuya energía te atrapa desde el primer momento. Durante nuestra charla en Esquina Mujer, nos confesó que antes de comenzar la entrevista, su entusiasmo ya había cambiado el rumbo de la conversación. "Teníamos un plan distinto, pero al escucharla supimos que teníamos que seguir este camino. Lo que ella decía era más interesante", nos comentó con una sonrisa cómplice. Y así, nos adentramos en un tema que apasiona profundamente a María Alexandra: las emociones.
La esencia de la emoción
Para María Alexandra, las emociones no deben dividirse en positivas o negativas. "No hay emociones ni buenas ni malas, simplemente son", afirma con certeza. A lo largo de nuestra conversación, explicó que el verdadero problema surge cuando evitamos sentirlas. "Sentir es lo más importante, porque la emoción es del cuerpo, mientras que el sentimiento es de la mente", asegura.
Este enfoque se aleja de la creencia común de que debemos evitar las emociones incómodas. Según la psicóloga, al bloquear lo que sentimos, nuestro cuerpo nos lo cobra. "Si te reprimes, el cuerpo te lo va a recordar con dolores, migrañas o hasta enfermedades. La coherencia entre la mente y el corazón es esencial para el bienestar", explica.
La autoindagación: clave para el equilibrio emocional
María Alexandra también habló sobre la importancia de la autoindagación, es decir, la capacidad de reconocer qué emoción estamos sintiendo y por qué. "No se trata solo de experimentar una emoción, sino de investigar de dónde viene", nos comenta con firmeza. Nos recuerda que muchas veces, las emociones que nos generan malestar tienen un origen más profundo, y que la clave para gestionarlas está en descubrir qué las provoca realmente.
Un ejemplo recurrente en su consulta es el dolor de cabeza, que según ella, en muchas ocasiones es el resultado de una lucha interna entre lo que pensamos y lo que sentimos. "Es increíble, pero cuando mente y corazón no están alineados, el cuerpo nos manda señales de alerta", reflexiona.
Terapias naturales para la ansiedad
Con la creciente prevalencia de la ansiedad, que muchos califican como "el mal del siglo", María Alexandra ha encontrado en la naturaleza un aliado para ayudar a sus pacientes a liberar tensiones y reconectar con su ser. "Recientemente estuve en Las Terrenas con un grupo de pacientes, haciendo terapias frente al mar. El contacto con la naturaleza, abrazar un árbol o simplemente sentir la arena bajo los pies puede ser increíblemente sanador", comparte.
Nos recuerda que, aunque hoy en día se habla mucho más de la ansiedad, esto no significa que sea una "moda". En épocas anteriores, la ansiedad simplemente no se discutía. "Antes no existían las herramientas para manejarla como hoy. El simple hecho de hablar de ella ya es un paso enorme", añade.
La inteligencia emocional y la autoindagación
María Alexandra no solo aboga por sentir las emociones, sino también por educarlas. "La inteligencia emocional nos enseña a gestionar esas emociones de forma sana", señala. A través de su trabajo, enseña a sus pacientes a identificar cuándo una emoción está tomando control y cómo transformarla en una herramienta de crecimiento. "No se trata de reprimir ni de explotar, sino de encontrar un equilibrio", enfatiza.
Herencias emocionales: la epigenética conductual
Uno de los temas más fascinantes que abordamos fue la epigenética conductual, una ciencia que estudia cómo las emociones y experiencias de nuestros antepasados pueden influir en nosotros. "Es impresionante cómo podemos heredar miedos o traumas que ni siquiera hemos vivido", explica. Nos contó sobre una paciente que tenía una fobia inexplicable al agua, solo para descubrir que su bisabuela había muerto ahogada. "El cuerpo guarda información que a veces ni siquiera somos conscientes de poseer", concluye.
El poder de la rendición
A pesar de ser una experta en su campo, María Alexandra admite que incluso los psicólogos necesitan ayuda. "Yo también acudo a colegas cuando siento que no puedo manejar una situación por mí misma. Rendirse ante el proceso es parte del crecimiento personal", confiesa.
En esta conversación, no solo aprendimos sobre la importancia de las emociones, sino también sobre la humildad y la valentía que implica aceptarlas. María Alexandra Morales nos deja con una reflexión: las emociones no deben temerse ni ignorarse, sino sentirse y comprenderse. Solo así podremos vivir en plenitud.
Vivir en el presente: el secreto de la atención plena
"Vivir en el presente no significa que dejemos de tener sueños o metas. Al contrario, es la base para construir el futuro que deseamos", comenta Morales. La clave radica en prestar atención a lo que está ocurriendo ahora, sin perder de vista nuestros propósitos. "Por supuesto que planeamos y soñamos, pero es importante recordar que solo podemos trabajar desde el presente para alcanzar esos objetivos. La mente es poderosa, y nuestros pensamientos de hoy son los que moldearán el mañana", añade.
Morales subraya que, si bien es normal revisar el pasado para buscar lecciones que nos ayuden en el presente, no debemos quedarnos anclados allí. "El pasado es una fuente de información. Podemos traer lo aprendido para resolver conflictos actuales, pero no debemos quedarnos atrapados en lo que no hicimos o lo que pudo ser. Lo que vivimos en ese momento fue lo que sabíamos hacer, y ahora es tiempo de avanzar".
El rol de las emociones: herramientas para crecer
Uno de los puntos más importantes que menciona es la gestión de las emociones. Según ella, no hay emociones "buenas" o "malas", solo son respuestas naturales del cuerpo. "Lo que necesitamos hacer es escucharlas y entender qué nos están diciendo", explica. Sin embargo, advierte que una mala gestión emocional puede sabotear nuestros objetivos. "Una mala ejecución de una emoción, como la ira, puede llevarnos al fracaso. Por ejemplo, el estrés y la ansiedad pueden afectar tanto nuestro cuerpo como nuestras decisiones, generando enfermedades que van desde problemas digestivos hasta afecciones crónicas".
Ella también resalta que las emociones no solo impactan nuestro bienestar físico, sino que pueden tener raíces genéticas y familiares. "La epigenética conductual ha demostrado que ciertos comportamientos y emociones pueden heredarse. Por eso, cuando visitamos al médico, nos preguntan por antecedentes familiares. Es una manera de entender qué patrones emocionales pueden estar afectándonos en el presente".
El estrés del futuro: el peligro de adelantarnos a los hechos
Muchas personas viven atrapadas en lo que podría pasar, dejando de disfrutar el proceso presente. Morales relata un ejemplo común: "He conocido personas que, estando embarazadas, ya están preocupadas por quién cuidará a su hijo dentro de años, sin haber siquiera disfrutado del proceso del embarazo. Eso les genera una angustia constante, porque se adelantan a una situación que aún no existe".
El mensaje de Morales es claro: planificar está bien, pero no debemos obsesionarnos con un futuro que no ha llegado. "Las metas son necesarias, pero el camino también debe ser disfrutado. Muchas veces aprendemos en el proceso y descubrimos que las cosas pueden ser más fáciles de lo que pensábamos".
Conexión interior: el poder de la gratitud y la oración
Una práctica que María Alexandra Morales recomienda a sus pacientes es la conexión diaria con uno mismo a través de la gratitud. "La gratitud es una herramienta poderosa", asegura. "Cuando te despiertas, antes de hacer cualquier cosa, agradece por estar vivo. Dar gracias por el presente te conecta con tu ser interior y te ayuda a enfrentar el día con una actitud positiva".
La profesional de la psicología, también menciona que la oración o la meditación, dependiendo de las creencias de cada persona, son formas efectivas de mantener esa conexión. "Orar o meditar es tan importante como cepillarse los dientes. Es una rutina diaria que no debe dejarse para 'después'. Es una manera de limpiar la mente y prepararse para lo que vendrá", concluye.
En definitiva, vivir en el presente no implica renunciar a nuestros sueños o metas. Al contrario, nos permite trabajar en ellos desde un estado de consciencia plena y emocionalmente equilibrado. La vida se construye día a día, y la clave para un futuro exitoso está en cómo gestionamos nuestras emociones y cómo aprendemos a disfrutar del camino mientras avanzamos hacia nuestras metas.
Te invitamos a disfrutar de la entrevista que le realizamos en nuestro podcast, en el siguiente video:
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